miércoles, 1 de diciembre de 2010

Comida para la Bestia

Hay libros que están escritos para ser devorados. Calorías que se absorben rápidamente sin dejar recuerdo, como si fueran golosinas. A lo largo de la historia, este tipo de literatura ha recibido muchos nombres, desde los libros de caballerías y las hojas del cordel hasta los Best Sellers. Yo los llamo comida para la Bestia. Esa que todos llevamos dentro y que, sobre todo en verano, nos pide fast food escrito.


Creo que con estos libros pasa como con las hamburguesas, el problema no es comerlos, el problema es alimentarse exclusivamente de ellos. Y ya sé que dentro de la categoría es posible encontrar manjares exquisitos (El nombre de la rosa también fue un Best Seller). Pero esa es otra historia.

La comida para la bestia más genuina suele discurrir por géneros muy trillados. Algunos han ido cambiando según la época. Donde antes se llevaba la novela del Oeste, ahora se lleva la de mundos fantásticos. Otros siguen siendo los mismos: ciencia ficción, policiaco, intriga, terror, romántico… Y de tanto transitar por ellos, estos géneros han terminado estigmatizados para espíritus sensibles a la Harold Bloom.

Como afortunadamente pocos lectores son tan cretinos como para desechar la comida para la bestia en bloque, cada uno tiene sus favoritos. Y hay miles y miles, de autores y de libros. Dos de los que siempre recomiendo son The Relic y Ender’s Game. Son ya viejillos, pero merecen la pena.


En The Relic, el duo formado por Douglas Preston y Lincoln Child hacen un ejercicio perfecto en definir las características del Best Seller: intriga, terror, aventura, situaciones extremas (los famosos cliff-hanging), personajes de una pieza (a veces de menos)… En resumen, perfecto para el verano. O para pasar las tardes de invierno al calor del sofá.


Ender’s Game juega en otra liga. Es comida para la bestia y es ciencia ficción. Pero también es mucho más que eso. Orson Scott Card nos ofrece una idea muy original y un desarrollo de la historia que lo convierte en uno de los grandes del género.


Algunos de mis autores favoritos de comida para la bestia son: John Buchan, Sapper, Alistair MacLean, James Rollins, Stephen Hunter o Lee Child. Unos mejores, otros no tanto. Todos para ser devorados como si tuviéramos doce años y estuviéramos en el cine con una bolsa enorme de palomitas.

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